La forma se presenta ante nosotros como una situación de particularidades que son clasificables y tangibles, ellas representan lo que vemos. Es así, que la forma señala una abstracción del contenido observado y se define en un lenguaje y un medio impreso de la geometría (la cual es una invención) y la no geometría o más bien, lo casi incalculable aunque “casi”, por que podría determinarse con tal invención matemática pero que podríamos llamar como el lado orgánico. A mi juicio la geometría obedece a un principio que parte de la percepción de los cuerpos y esta percepción nace conjunta a los movimiento perceptibles e imperceptible de ellos digo esto porque sucede que los cuerpos en su mínimas expresión para nuestros ojos, he ahí la relatividad del observador, se manifiestan, muchos de ellos, en quietud, lo que creo es sabido es que la energía es un movimiento y los cuerpos e incluso las formas trasmiten esta energía constantemente ya sea por su ser iluminados o por su ser observados, principio de incertidumbre quizás. Entonces toda materia es inducida por una energía que la somete a cambios, muchos de ellos no visibles, la materia muta constantemente para resurgir como una nueva abstracción geométrica.
Mi dialogo no evocara a cual sea la primera instancia de los sucesos lo que se pretende en él es indagar en la sensación más noble y pura de nuestro sentir, emocional y radical aquella que nos hace vibrar, es decir nos someten a ese movimiento que nos induce las energías.
A menudo sucede que los cuerpos geométricos perfectos son un sujeto idealizado de la realidad y se disgregan de su parte orgánica por simple o infinitamente diminuta que se contenga y se presentan como cuerpos desnudos. De esta forma pretenden manifestar la forma básica o esencial de las cosas, señalando lo más elemental, pero ¿es así realmente? o esto es un proceso imaginario que busca percibir las cosas con formas dictadas desde una invención que nos ayuda a reconocerlas por nuestro limitado lenguaje, o será que nuestro ojo ve lo que quiere ver y no lo instruimos a mirar cosas que están ahí, miramos pero no vemos. Quien no dibujo de niño una casa con un cuadrado y un triangulo, e incluso aun después con el tiempo agrego sus formas volumétricas al mismo dibujo (cubo y pirámide), pero antes de eso ver el mundo de los ojos de un niño quizás tiene esa forma ese dibujo que no vemos cuando comprendimos el lenguaje o más bien lo asimilamos por necesario que se vuelve. Ese dibujo que se abstrae de la forma y el mismo niño nombra como una forma concisa “mira esta es la casa” y resulta que con nuestro lenguaje geométrico no comprendemos que las líneas circundando el papel de formas irracionales son para él su lugar de habita y en todo su esplendor, no se trata tan solo de la falta de técnica que el precisa ante el poder dibujar, se trata de lo que él ve ahí que nosotros no podemos ver ese secreto que cada vez al observar intentamos traer en el dibujo a otros para mostrar nuestra impresión única y diferente.
.......................continua.
1 El grito desgarrante y efusivo de la alegría, la risa. "Danza de la alegría" (Docta, Piano) 21.03.08
2 Descomposición de un ritmo crónico, quiebre. "Tras del ser" (Electro rock) 22.03.08
3 Lo que queda y se presenta, lo espectral y el alma. "Pasaje de una imagen" (Latín Jazz) 30.03.08
4 A las viseras y el desvelo, la energía. "Lamentos" (Flamenco) 11.03.08